CO2

 ¿Qué es dióxido de carbono?

El dióxido de carbono (también conocido como anhídrido carbónico) ‘habita’ la atmósfera en una proporción media de 380 partes por millón. Esa presencia es una de las estaciones del ‘ciclo planetario del carbono’, explica Rafael Sardá, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España y colaborador académico en una escuela de negocios.

Tal ciclo circula entre los cuatro espacios planetarios que incluyen los llamados reservorios activos: la atmósfera, la biosfera, la hidrosfera (fundamentalmente los océanos) y la litosfera (la capa superficial sólida de la Tierra), que juntos construyen la ‘casa’ del CO2. Pero una de las singularidades de este gas es que lo pequeño se vuelve grande. Su proporción en la atmósfera es la menor de estos cuatro reservorios, y sin embargo desempeña el papel más trascendente frente al resto.


Impactos medioambientales del dióxido de carbono


El dióxido de carbono es uno de los gases responsables del efecto invernadero. Este efecto es el fenómeno por el cual el calor emitido por el sol es retenido dentro de la atmósfera. Algunos gases, como el dióxido de carbono, incrementan demasiado la retención de calor en la atmósfera y como consecuencia dan lugar a un sobrecalentamiento global.

Este sobrecalentamiento global tiene consecuencias en el clima mundial y en la vida en todo el planeta. Si bien se sabe que el clima en nuestro planeta es dinámico, en el último siglo el ritmo de estas variaciones climáticas se ha acelerado, dando lugar a un cambio climático a nivel mundial. Una de las causas de este cambio es una excesiva concentración de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, la temperatura media global ha aumentado en 0,6 ºC durante el siglo XX y se cree que el aumento será de entre 1 y 5 ºC en el siglo XXI o aumenta la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos más extremos. El cambio climático es un problema que influye en todos los demás impactos medioambientales del CO2.

A nivel del medio marino este sobrecalentamiento global influye en el deshielo del permafrost y los grandes casquetes glaciares. Se calcula que durante el siglo XXI, el nivel del mar aumentará entre 9 y 88 cm, dependiendo de la localización. Además, aumentarán los fenómenos de erosión y salinización en áreas costeras. Muchos arrecifes de coral, pierden su coloración y mueres, afectando especies que los usan en su alimentación.


Impactos del CO2 sobre la biodiversidad


Muchas especies se desplazarán hacia latitudes más frías, buscando aquellos climas para los que están mejor adaptados. A pesar de esto, las especies animales o vegetales, que tienen menos capacidad para desplazarse, que no sean capaces de adaptarse, morirán o se extinguirán. Además, los fenómenos de deshielo también influyen en la muerte y extinción de muchas especies o por la acidificación de las aguas. Otra consecuencia es que muchas especies animales cambian sus rutas migratorias, en la búsqueda de alimento o en sus cadenas tróficas.

Recientemente, se ha visto que las plantas incrementan su crecimiento conforme aumenta la concentración de CO2. Sin embargo, a niveles muy elevados de CO2, la saturación del aparato fotosintético es mayor, por lo que el crecimiento no aumenta o, incluso, disminuye. Aunque no es un fenómeno totalmente comprobado.


¿Por qué el dióxido de carbono es uno de los gases más contaminantes?



El dióxido de carbono tiene una participación muy importante en el calentamiento global, ya que es capaz de absorber la luz infrarroja que proviene del sol. El dióxido de carbono es el segundo gas atmosférico en importancia en el efecto invernadero. Además, cuando se absorbe en el agua forma ácido carbónico (H2CO3), perjudicando a diversos ecosistemas, como los arrecifes de coral.

Principales causas del aumento de emisiones de CO2 y fuentes


Las principales causas del aumento de las emisiones de CO2 son las actividades humanas. Al haber incrementado la población mundial, cada vez son mayores los requerimientos en energía, que se producen fundamentalmente por el uso de los combustibles fósiles, que producen importantes emisiones. La segunda actividad que más emisiones produce es el transporte y luego hay otras como la ganadería o la agricultura que también contribuyen.

Aunque existen diversas actividades que producen dióxido de carbono, la gran mayoría de las emisiones de dióxido de carbono se generan debido al modo en que producimos y usamos la energía. Por eso, en los próximos años es fundamental acudir a fuentes de energías limpias que sustituyan a los combustibles fósiles.


¿Por qué es difícil reducir el CO2 lo suficiente?


Aunque las emisiones de dióxido de carbono puedan disminuir, como es un gas muy habitual, existen muchos fenómenos naturales como los incendios o las erupciones volcánicas que pueden liberar grandes cantidades de CO2 al medio. Además, también es importante la capacidad de absorción del CO2 en nuestro planeta, ejercida fundamentalmente por la vegetación, por lo que actividades como la deforestación son muy perjudiciales en este sentido.


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